Muchos estudios han demostrado que nuestro cerebro, a través de nuestros recuerdos, no muestra fiel reflejo de lo que en realidad nos ocurrió en el pasado, ya que nuestros recuerdos se deforman y moldean continuamente.
Un equipo de investigadores de las universidades de Birmingham y Cambridge ha logrado aislar ese mecanismo automático del olvido en nuestro cerebro, que “facilita” lo que nos conviene recordar o no.
Para ello, los expertos emplearon un sistema de imagen por resonancia magnética para medir la actividad cerebral a un grupo de voluntarios. Se les pidió querecordasen memorias concretas basadas en imágenes que habían visto justo al comienzo del experimento.
La prueba se realizó en cuatro ocasiones. Los resultados revelaron el destino, a nivel neuronal, de los recuerdos que finalmente eran eliminados.
Y es que las imágenes mostraron cómo al tratar de recuperar un recuerdo concreto, esa memoria se volvía más intensa gradualmente mientras que otros recuerdos iban desvaneciéndose poco a poco.
Un equipo de investigadores de las universidades de Birmingham y Cambridge ha logrado aislar ese mecanismo automático del olvido en nuestro cerebro, que “facilita” lo que nos conviene recordar o no.
Para ello, los expertos emplearon un sistema de imagen por resonancia magnética para medir la actividad cerebral a un grupo de voluntarios. Se les pidió querecordasen memorias concretas basadas en imágenes que habían visto justo al comienzo del experimento.
La prueba se realizó en cuatro ocasiones. Los resultados revelaron el destino, a nivel neuronal, de los recuerdos que finalmente eran eliminados.
Y es que las imágenes mostraron cómo al tratar de recuperar un recuerdo concreto, esa memoria se volvía más intensa gradualmente mientras que otros recuerdos iban desvaneciéndose poco a poco.
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