viernes, 15 de mayo de 2015

Atavismos: vestigios de la cola humana


Todos sabemos que el resultado de lo que somos en la actualidad es origen de una clara evolución donde determinados órganos se han desarrollado según nuestra funcionalidad, mientras otros, sencillamente, han desaparecido. Y es que hace muchos, muchos años que dejamos nuestra vida de primates saltando de árbol en árbol para dominar la tierra, para convertirnos en brillantes homo sapiens pendientes de nuestros teléfonos móviles y nuestras tabletas de última generación. Apenas queda nada ni recordamos nada de esos años oscuros en que nuestro cuerpo, estaba cubierto de pelo y… teníamos cola.

Pero lo creas o no aún existen casos, casos muy particulares donde, por alguna razón, ciertas personas nacen aún con esos vestigios del pasado. Personas que vienen al mundo con un apéndice al final de su columna vertebral, es decir, una cola. Es lo que en la ciencia se llama “órganos vestigiales”.

Personas con cola


El vestigio de la cola humana

La cola vestigial es una extrañeza en el ser humano, un rasgo fenotípico que se presenta en poco más de 100 personas en todo el mundo. Para los científicos se trata  de un error, de una incongruencia en nuestro ADN donde se activa por alguna razón esos rasgos pretéritos del ser humano, es decir, la cola de nuestros ancestros. De hecho, suele decirse que el cóccix es de por sí el resto de esa cola perdida, un vestigio del pasado al igual que las muelas del juicio, o incluso el fenómeno de la carne de gallina… porque ¿Sabes qué función se supone que tiene tener la piel de gallina? Elevar el vello del cuerpo para simular tener un tamaño mayor y poder asustar así al enemigo. Increíble ¿Verdad?

Estos genes quedaron inactivos hace mucho, hace decenas de miles de años, pero de algún modo queda instalado en nuestros genes para demostrarnos de donde vienen nuestros orígenes. ¿Alguien puede seguir creyendo quizá que procedemos de esa famosa pareja del Edén llamados Adán y Eva? Los Darwinistas exhibieron con placer a aquellas personas que presentaban estos vestigios, eran la prueba directa de nuestra relación con los primates.

Las personas que nacen con este defecto o error genético suelen extirparse a los pocos días esta cola, un apéndice compuesto de músculos, nervios y vasos sanguíneos, aunque en ocasiones también presentan vértebras y cartílagos, una cola con movilidad propia que casi nadie desea conservar por muy original y llamativo que resulte. Una lástima…

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